Quizás lo único importante en este momento de la historia ya no son los datos, ni las teorías, ni que nos digan cómo es mejor que hagamos.
Quizás lo único importante ahora mismo, en la crianza, ante esta pandemia, en la vida en general, es ponernos en valor como seres humanos, a nosotras mismas y a todas las personas que nos rodean. Niñas y niños, personas ancianas, madres, padres, mujeres y hombres, adolescentes, embarazadas, personas con discapacidad.
Mirarnos en los ojos de las demás, estar atentas a necesidades propias y a las de otros, las de los animales que nos rodean y las del terreno que habitamos. En entornos pequeños, en nuestro barrio, en nuestro edificio, en nuestro círculo más cotidiano, observar, mirar y darnos las mano con aquellos con los que nos encontramos cada día.
Quizás es urgente que nos recuperemos como algo más que individuos, que nos recuperemos como colectivo. Porque al final poner el cuidado en el centro es también el cuidado como sociedad, es también el cuidado como seres humanos.
Alejar la desconfianza hacia la otra persona, alejar los juicios, mirarnos como humanos, imperfectos y perfectos al tiempo. Darnos la mano como acto revolucionario.
“Only utopia can save humanity” esta frase de Michel Odent vivió en mi cabeza años y esta mañana ha vuelto a instalarse. Quizás es hora de hacer realidad alguna utopía.